Paul Dirkx (Le Monde Diplomatique. Nov 2014): “La voluntad separatista que progresa en muchas regiones ricas de Europa podría reforzar, paradójicamente, la maquinaria supranacional de la UE, …, favoreciendo la destrucción de los espacios de solidaridad establecidos.”
Raúl Solís: "Si todas las naciones sin Estado lograran la independencia, la UE estaría formada por más de 50 Estados miembros que hablarían 60 lenguas oficiales".
Semejanzas entre Podemos y la CUP
Podemos y la CUP tienen programas políticos aparentemente idénticos que se han debatido en el marco del proceso de participación llevado a cabo por ambas formaciones a través de múltiples asambleas abiertas. Los documentos han sido elaborados de manera colaborativa por la militancia de la formación y múltiples agentes y sectores sociales del entorno.Ambos se postulan como formaciones regeneracionistas:
Pretenden demostrar que es posible hacer política de manera diferente a como lo han hecho hasta ahora los viejos partidos, desde la radicalidad democrática, a través de la proximidad y con la interacción constante con la sociedad y los movimientos populares.
Ambos propones la limitación de mandatos de los diputados y diputadas, impedir la duplicidad de cargos en las instituciones y en la misma organización para evitar la acumulación de poder así como el establecimiento de un sueldo máximo bastante bajo para los cargos electos. Apuestan por la toma de las decisiones de manera abierta y participativa, trasladando al Parlamento las propuestas y demandas de los movimientos populares, entidades y la población en general a través de procesos de toma de decisiones que se fundamenten en la democracia directa, activa, participativa e inclusiva.
Ambos han planteado sus “programas colaborativos” como unos programas para un proceso de transformación social y cambio político, y no como una propuesta para gestionar durante los próximos cuatro años las instituciones actuales.
El programa colaborativo de ambas formaciones se parece.
Ambos se manifiestan como formaciones anti-neoliberales
- La CUP critica el actual modelo de Unión Europea, que consideran al servicio del neoliberalismo y el capitalismo, y apuesta por un "marco de relaciones euromediterráneas de los pueblos libres".
- Apuestan por la nacionalización de la banca y las entidades intervenidas con dinero público.
- Plantean el "no pago de la deuda pública ilegítima a los fondos de inversión y la banca internacional”.
- Planean recuperar la propiedad colectiva y la gestión pública y democrática de los sectores estratégicos clave, así como las fuentes de energía y los recursos naturales.
- Legislarán para conseguir la derogación de las recientes reformas laborales
- Quieren un país sin nucleares y con un modelo energético ecológico
- Ambos están a favor de la soberanía alimentaria.
Diferencias entre Podemos y la CUP
Podemos plantea su programa colaborativo para toda España (incluida Cataluña), en cambio, la CUP lo plantea sólo para Cataluña (como mucho para los “Països Catalans”)
Le envergadura importa
Para el gran capital monopolista lo importante es la libre circulación mercancías y capitales y, en cierta medida, del factor trabajo. Una vez conseguido esto en Europa la pervivencia de los Estados nacionales interesa solo en cuanto a garantes de la senda neoliberal monopolista. Es decir, que sean estados controlados por castas oligárquicas y partidos políticos defensores del neoliberalismo, de la Troika, de los memorandums o de los tratados de libre comercio trasatlántico (TTIP). El peligro está cuando en uno o varios estados nacionales de cierta envergadura las castas oligárquicas pierdan el poder y este pase a manos de representantes de los perdedores de la globalización (trabajadores, agricultores, pequeños y mediados empresarios, autónomos, inmigrantes, etc), es decir el 99% de la población.
Terror en las altas esferas europeas
En España está a punto de suceder. Podemos podría echar a la casta oligárquica que controla el Estado español y aplicar un programa claramente anti-monopolista y anti-neoliberal. El efecto de contagio sería mayúsculo y esto asusta a los más altos centros de decisión del neoliberalismo.
Si se presentara el mismo caso en una Cataluña independiente (a lo cual no parece aspirar una CUP que pacta y se hace fotos con la casta oligárquica declarada de CIU), el efecto de contagio y la trascendencia serían mínimas (la envergadura importa).
El apoyo internacional a la independencia catalana y el posible contagio
Ante la amenaza de Podemos, el gran capital, a través de la propaganda y los medios de comunicación de masas a su servicio, está perfeccionando la retórica cada vez más favorable a la independencia de Cataluña (y por extensión a la autonomía de Bretaña, Córcega, Rosellón catalán, País Vasco-francés, etc. con respecto a un peligroso e inestable gigante Estado francés) en base al sacrosanto principio de la subsidiariedad (Maastricht de 1992: reservar al escalón inferior aquello que el escalón superior no podría hacer más que de una manera menos eficaz). Se habla ya de una futura “ampliación interior”, un nuevo escalón para acoger a los nuevos países independientes “más eficaces” que su antiguo estado matriz.
El peligro del “contagio catalán” (País Vasco, Galicia, Baleares, Islas Canarias, Padania, Silesia, Frisia, Cerdeña, Occitania, Baviera, País Valenciano, Transilvania , Tirol, Norte de Italia, Escocia, Gales, etc) parece que empieza a importar menos que el “contagio Podemos”. Una Europa balcanizada y dividida es una estrategia alternativa cada vez más interesante para el gran capital frente a la creciente resistencia a las austeras exigencias de “menos Estado” que están apareciendo en el interior de las grandes unidades políticas del continente europeo.
De momento, el único separatismo que combaten la UE y los EEUU es el separatismo del Este ucraniano.
La contradicción de la CUP
A diferencia de los planteamientos antisolidarios, pro-capitalistas y abiertamente neoliberales de CIU, o meramente pseudo-socialdemócratas de ER, que coinciden en augurar un futuro y agresivo “Tigre Catalán” independiente dentro del contexto neoliberal europeo, la CUP ha venido defendiendo la independencia de Cataluña en la senda de la construcción de un “País Nou” anticapitalista o, al menos, anti-oligárquico y anti-neoliberal. Para la CUP la independencia importa porqué un “País Nuevo” en el conjunto de España sería algo irrealizable (Podemos nunca “podrá”) y hay que ir poquito a poco, pasito a pasito, empezando la revolución en el pequeño solar patrio aprovechando sus elementos diferenciales para contraponerlos a la incorregible idiosincrasia derechista española y a sus poderosos poderes fácticos.
El hecho de que Podemos“pueda” echa por los suelos todo el planteamiento político estratégico de la CUP. La única salida honesta a esta contradicción sería la de unir sus fuerzas con Podem (el Podemos de Cataluña).
Otro artículo sobre el separatismo en Ucrania