Matt Mushalik: "Mientras los medios principales de comunicación engatusan a sus audiencias con la supuesta revolución del fracking,, el pico en la producción de petróleo ya es una realidad estadística en la mayoría de los países productores y avanza como el cáncer en el sistema de la oferta de crudo. El gran problema es que se siguen acumulando infraestructuras petróleo-dependientes que quedarán inútiles cuando el petróleo del fracking empiece su irremisible y rápida declinación"
Wall Street Fracking
En un post anterior traté sobre la burbuja del fracking, la baja rentabilidad de los pozos de gas y de petróleo explotados con este método y el poco recorrido que le quedaba. Ahora, toda la burbuja financiera montada a su alrededor está llegando a su fin.
El precio del petróleo cae y en cambio las bolsas se desploman y la recesión se apodera de las grandes economías del planeta. La sombra de un nuevo crack financiero va creciendo de forma alarmante en el ya turbio horizonte de la globalización.
Mientras en España el Tribunal Constitucional dicta sentencias pro-fracking y se va a modificar la Ley de Hidrocarburos creando un nuevo impuesto que trata de endulzar el fracking (que se aproxima vía TTIP) con porcentajes para los municipios y autonomías que traguen la píldora, el fracking pierde gas en EEUU, donde, alimentado por una mentalidad de la fiebre del oro y el dinero fácil de Wall Street, se había convertido en el boom especulativo subsiguiente a de las punto.com y las hipotecas subprime.
Después de la crisis financiera de 2007, la fiebre del fracking se convirtió en la alternativa de negocio para Wall Street que ha propiciado la fiebre del fracking sub-prime, el fracking basura, a base de sofisticados productos de ingeniería financiera diseñados para saciar la codiciosa demanda de unos mercados financieros abrumados por ingentes cantidades de fondos procedentes de las masivas operaciones de QE (maquinita de hacer dinero) orquestadas por los bancos centrales de las principales economías del planeta. Buena parte de estas operaciones, como siempre, se producen “over the counter”, es decir, fuera de los circuitos controlables por las agencias de supervisión financiera, por lo que nadie sabe a ciencia cierta la magnitud que pueda haber alcanzado esta enésima burbuja financiera.
Por supuesto, además de Wall Street, la fiebre del fracking está fuertemente subvencionada por el gobierno, que ha corrompido todo el sistema legislativo de salud y medioambiental para favorecer su expansión.
La gráfica ilustra a las claras el desastre económico-financiero del Wall Street fracking. La curva verde representa los ingresos por fracking de las 127 compañías perforadoras de los EEUU mientras que la azul suma los gastos en que han de incurrir para seguir operando (notar que entre los gastos figuran “los dividendos” que han de pagar a los inversionistas para que no abandonen el negocio, lo cual significa que pagan dividendos con endeudamiento sic!) . La diferencia se cubre con endeudamiento o venta de activos. La deuda acumulada no ha hecho más que crecer de forma exponencial y podría rondar los 300.000 millones de $.
Esta enorme burbuja de deuda en el segmento notoriamente volátil de los mercados de crédito corporativo significa de nuevo un riesgo sistémico para la mayor economía del mundo.
Pero si las burbujas anteriores consiguieron hacer de EEUU la locomotora (demanda) del mundo, la actual burbuja del fracking no ha conseguido superar las fronteras de EEUU. El fracking sin burbuja no ha resultado operativo en ninguna parte del planeta (Polonia, Ukrania, Inglaterra, China, Australia, ... ) a pesar de las ingentes prospecciones y exploraciones realizadas en todos los continentes por las cinco grandes del petróleo. El único fracking que ha funcionado (hasta ahora) es el Wall Street Fracking en EEUU.
1r capítulo: La carta del gas tumbó al gas
Las empresas del fracking, endeudadas hasta los tuétanos, necesitan perforar a destajo para generar una corriente de ingresos que calme a sus cada vez más nerviosos acreedores ante la creciente pelota de deuda.
Pero tanto Wall Street fracking, tanta fiebre perforadora, ha hecho caer en picado el precio del gas en los EEUU (no en el resto del mundo puesto que el gas norteamericano aún no es exportable dado que no hay aún plantas de licuefacción operativas en los EEUU) de forma que su precio cayó un 60% desde 2008. El gas barato ha empujado el crecimiento económico. Las empresas eléctricas se han pasado a la generación a partir del gas. Los camiones, autobuses, los taxis, etc., también han experimentado la mutación; empresas como las fabricantes de fertilizantes y químicos, que utilizan gas como materia prima, de repente se encuentran que los Estados Unidos es un lugar atractivo para instalar nuevas fábricas, en comparación con, por ejemplo, en Asia, donde el gas es cuatro veces más caro. Bendito fracking que, gracias al ingenio de Wall Street, está consiguiendo el milagro de la relocalización industrial.
2º capítulo: La carta del petróleo está tumbando el precio del petróleo
Aunque los banqueros hicieron un montón de dinero y un puñado de empresas energéticas hicieron fortunas saliendo justo en el pico del mercado, la mayor parte de los actores de la industria del fracking gasístico han quedado pillados, con precios del gas doméstico por los suelos y obligados a vender activos y consignar enormes pérdidas en el valor de sus “reservas”.
En su huida hacia adelante, las empresas del fracking gasístico se han ido pasando al fracking petrolero, puesto que, a diferencia del gas doméstico, el precio del petróleo viene marcado por el mercado mundial y por lo tanto debería quedar menos afectado por la fiebre perforadora.
Pero el fracking petrolero es aún más costoso que el fracking gasístico con lo que la pelota burbujista se incrementa aún más. La calenturienta fiebre del fracking se convierte en un paroxismo perforador.
De esta manera, gentileza de Wall Street, EEUU ha reducido considerablemente sus importaciones de crudo. Pero con la persistencia depresiva general y la dramática desaceleración de los BRICS, el consumo de hidrocarburos en el mundo ha caído en picado.
En resumen, el fracking gasístico tumbó el precio del gas doméstio y el fracking petrolero está actualmente tumbando el precio mundial del petróleo y amenazando con tumbar el Wall Street fracking, un irracional y contaminador engendro financiero, la última criatura de Wall Street.
Perforat malditos, perforat
Según un estudio de JP Morgan Asset Management, respecto a las 12 mayores cuencas de shale oil en los EE.UU, sólo el 80% son apenas rentables con precios del petróleo por debajo de 80 dólares por barril. Lo más preocupante es que estas optimistas proyecciones no incluyen los pagos de intereses sobre la deuda acumulada por las empresas de fracking.
Mantener el precio mundial cercano a los 100$ el barril implicaría reducir la producción y los primero que deberían reducirla serían los productores de petróleo no convencional, es decir, EEUU.
Pero no. El Wall Street fracking necesita continuar perforando o morir en el intento. Si los precios del petróleo caen por un período prolongado de tiempo la mayoría de las compañías energéticas del fracking serán forzadas a salir del negocio y en última instancia declarar la quiebra (a deferencia del fracking internacional, en EEUU las 130 energéticas del fracking son empresas de mediana categoría). Será el estallido de la burbuja del fracking de cuyas dimensiones reales nadie tiene la más remota idea.
Rogamos a la OPEP un nuevo choque del petróleo
El milagro salvador podría ser la entrada al quite del cartel de la OPEP, reduciendo sus cuotas de producción para aguantar el precio. Curioso el mundo del capitalismo senil, pidiendo a gritos un nuevo choque petrolero a la OPEP (sic). Paradójica globalización capitalista en la que la caída del precio del petróleo, en lugar de estimular las economías, hace caer las bolsas y ahonda la depresión (sic)
Con el barril a 60$ el único petróleo rentable es el convencional árabe. El resto del petróleo extraído incurre en pérdidas. Para los países productores de petróleo tanto da precios bajos que reducir su producción. En ambos casos los ingresos caen (aunque no tanto como se han apresurado a afirmar los principales medios de comunicación, puesto que la subida del dólar compensa en buena parte la caída del precio del petróleo)
Una bajada efímera
El regalo de unos precios bajos de los hidrocarburos para estas navidades, thanks-Wall Street fracking, va ha ser un hito para recordar. A medio y largo plazo la escalada está servida. El gasto en capital para sacar más crudo a la superficie se ha doblado entre 2005 y 2013 (desde 220 millardos hasta 440 millardos de dólares), mientras que la producción ha aumentado en sólo un 6% (5,4 millones de barriles/día). Las estimaciones sobre el coste del capital para cubrir la demanda de petróleo de las dos próximas décadas rondaría los 2 billones de dólares con lo que el precio escalará a niveles que no podrán aguantar las escuálidas economías en depresión.
Estamos entrando en un territorio desconocido
Con precios del petróleo en declive las bolsas bajan y la recesión se acentúa (sic). Con la burbuja del fracking a punto de estallar y, sin otra burbuja de recambio en el horizonte para bombearle aire, la globalización neoliberal se desinfla por momentos. Sin la burbuja del fracking la economía norteamericana perderá el poco fuelle que le quedaba, mientras que la europea y la japonesa se están ahogando en un marasmo de deuda insostenible. La muralla de los BRICS también se desmorona. Como ocurriera tras el crack de 1929, la gran depresión parecía estar controlada en 1937 pero la espiral depresiva volvió a cobrar más fuerza.
Sin más burbujas en el cajón, la segunda globalización se encamina inexorablemente hacia la madre de todas las grandes depresiones, hacia la depresión global.
Cito un comentario al antiguo post "Fracking, la tercera burbuja":
Ante todo, gracias por el artículo. Es uno de los mejores que se consiguen por estos medios. ¿Sería posible contar con una actualización? Se me ocurren algunas cosas que se pueden incorporar: 1) Bulgaria en el 2012 prohibió el 'fracturamiento de lutitas' luego en el 2013 el gobierno fue derrocado. Una de las primeras acciones del gobierno entrante fue derogar la prohibición. 2) No se hace mención a la compañía Halcón y a su dueño Floyd Wilson.
Como complemento a este artículo recomiendo el Keiser Report 767:
http://actualidad.rt.com/programas/keiser_report/view/145970-keiser-report-espanol-estados-unidos-pais-tontos-e676