English translation
Ravi Bhandari (La Corporatocracia y la Crisis Global): "Los oligolopolios globales que dominan la economía mundial en la actualidad, están plenamente financializados. Ya no puede hablarse de un puro “sector financiero” (bancos, compañías de seguros, etc.) por un lado y de un “sector productivo” por otro. La corporatocracia global, compuesta por unos pocos oligopolios industriales-financieros gigantes, controla la tecnología, los recursos naturales, las finanzas, las comunicaciones y la información del planeta." ..."Muchos analistas separan y diferencian un supuesto artificial y negativo “capitalismo financiero” de un supuesto “capitalismo real” positivo, creador y productor de utilidad real. Pero se trata de las dos cara de la misma moneda. Los mismo oligopolios poseen las grandes corporaciones industriales y las grandes instituciones financieras."
Deslocalización y externalización
Deslocalización: el proceso de producción se divide en matriz y filiales o subsidiarias en otros países, a efectos estadístico-contables se trata de "inversión extranjera directa". La jerarquía de una cadena de producción integrada verticalmente (matriz, filiales), es garantía del control por parte de la corporación. La deslocalización, aunque busca reducir costes, implica una cierta extensión de la estructura de costes, condiciones laborales, responsabilidades medioambientales, etc., y la obligación de mantenerse en el “sector formal” de la economía.
Externalización: cuando una empresa desintegra el proceso de producción y lo subcontrata a uno o varios proveedores independientes, manteniendo el control efectivo sobre el proceso global de producción. En este caso, las ventajas en cuanto a "responsabilidad" y costes son evidentes. La corporación se desentiende de las fechorías laborales y medioambientales de sus subcontratados que ya no tienen porqué mantenerse en el “sector formal” de la economía. La externalización tiene el handicap de la pérdida de control directo sobre segmentos clave de la estructura productiva empresarial.
A diferencia de la deslocalización, la externalización elimina la partida "inversión exterior directa" y hace desaparecer los flujos de capital en forma de “repatriación de beneficios” (que habría que declarar) . Los beneficios (rentas de monopolio) se capturan manipulando los precios de los inputs y los outputs, es decir, los “valores añadidos” de la cadena de valor, a favor de la corporación dominante. Los beneficios, "aparecen" mayoritariamente en ciertos eslabones de la cadena, convenientemente situados en paraísos fiscales. La firma "aflora", a su voluntad y conveniencia, los beneficios que le interesa declarar.
De acuerdo con la definición (restringida) convencional, sólo el primer tipo de empresa es una "empresa transnacional". En la práctica, las más poderosas compañías transnacionales han externalizado la mayoría de sus operaciones. Una definición más apropiada a la realidad sería la del economista Peter Dicken que define la corporación multinacional como "una firma que tiene el poder de coordinar y controlar operaciones empresariales en más de un país, incluso sin la propiedad de las misma".
Que es mejor para el capitalista, ¿la “deslocalización” o la “externalización”?
La cuestión, evidentemente, está en el riesgo de “pérdida del control” sobre una cadena de producción totalmente desintegrada. Un revolución en China (o una huelga general indefinida), por ejemplo, significaría el colapso operativo de un gran número de compañías transnacionales, dada la casi total dependencia respecto a los proveedores instalados en aquel país. Incluso un conflicto "menor" como podría ser una huelga en una sola empresa como Foxconn, que trabaja para la mayoría de marcas de la electrónica, podría significar el colapso de todo el sector.
Durante las primeras fases de la globalización neoliberal, los monopolios temían la pérdida de control y preferían la deslocalización; pero a medida que aumentó su concentración y se reforzaron sus posiciones de monopolio/monopsonio, la opción externalizadora, más eficiente y golosa en términos de captura de beneficios, pero más arriesgada en términos de riesgo sistémico, se ha ido imponiendo con fuerza hasta convertirse en la opción dominante.
Aunque la deslocalización industrial norteamericana sigue aumentando, es la externalización la que ha tomado la delantera, de forma que ya representa más de las tres cuartas partes del comercio China-USA.
Boeing construye su moderno 785 Dreamliner externalizando el 90% del valor del avión (solo retiene el ensamblaje final en su planta de Everett, Washington.
Coca-Cola, por ejemplo, no posee u opera ninguna planta embotelladora en Colombia. Ningún vínculo contable relaciona las plantas embotelladoras subcontratadas, bajo franquicia, por la marca norteamericana. Coca-Cola ha externalizado, no sólo el riesgo comercial y sus responsabilidades por polución, sino también la explotación violenta de sus 10.000 trabajadores a contrato temporal, por 80$/mes, sin vacaciones, pensiones, seguro, ..., y sin derecho a rechistar (9 sindicalistas asesinados por escuadrones de la muerte). No hay beneficios a “repatriar”. Coca-Cola captura sus rentas de monopolio vía pagos por patentes, materias primas y franquicias. De esta forma el “valor añadido” brota “comercialmente” en las fuentes de la matriz Coca-Cola mientras que las fuentes colombianas se secan por momentos.
Comunalizacion de proveedores
Una vez constituido un oligopolio vendedor (GM, Ford, Chrysler, Toyota, Honda y Nissan), su control total del mercado les permite actuar como oligopsonio frente a sus proveedores. Estos proveedores, enfrentados a un único comprador, se ven obligados a reducir a la mínima expresión sus costos operativos. La competencia desenfrenada entre ellos elimina rápidamente a los menos eficientes y sólo sobreviven algunas firmas a base de sueldos ínfimos y economías de escala, convirtiéndose a su vez en monopolios (bottom up monopolios). Es decir, se produce una verdadera comunalización de los proveedores de forma que todas las firmas del oligopolio vendedor adquieren sus componentes y piezas a un único proveedor.
GM, Ford, Chrysler, Toyota, Honda y Nissan tienen como suministradores "just in time" a unas pocas firmas proveedoras (monopolios proveedores) y, aunque los vehículos parezcan diferentes y luzcan diferentes nombres, la mayoría de sus piezas provienen de una misma factoría, o bien Collins & Aikman (C&A) o bien Medaldyne o bien Yuwei Plastics and Harware Product Company.
Acer Inc., Amazon.com, Apple Inc., Cisco, Dell, Gateway, Hewlett-Packard, Intel, Microsoft, Motorola, Nintendo, Nokia, Samsung, Sony, Toshiba o Vizio, dependen de, o bien de Foxconn, o bien de KYE, o bien de Meital Plastics and Electronics, para ensamblar todos sus productos.
La "eficiente" comunalización de proveedores implica un grave riesgo sistémico. Si cualquiera de las grandes firmas compradoras falla, el proveedor común a todo el oligopolio puede ser arrastrado también a la quiebra dados los estrechos márgenes con que trabaja. Cuando tras el colapso de Leheman Brothers en 2008, Chrisler y General Motors estaban técnicamente en bancarrota, Ford, su teórico aguerrido "competidor", reclamó al Congreso de EEUU ayuda para rescatar a "sus rivales" (sic!). Allan Mulally, en CEO de Ford, explicaba que "la industria automotriz es totalmente interdependiente con respecto a nuestra base de aprovisionamiento, con una dependencia "común" de más del 90%" Es decir, reconocía que las operaciones del oligopolio norteamericano de la automoción, GM, Chryslers y Ford, estaban fusionadas en un 90% y que el colapso de dos de ellas significaría el colapso de sus proveedores comunalizados y por lo tanto también el colapso de Ford..
Desintegración total. Compañías "Fabless"
Los primeros experimentos se desarrollaron en el sector de las TIC, el sector más fácilmente desintegrable. Antes de la década de 1980, la industria de los semiconductores estaba verticalmente integrada. Las empresas del sector dirigían sus propias factorías de fabricación de semiconductores y desarrollaban sus propios procesos tecnológicos para la fabricación de sus chips. El montaje, los tests de funcionamiento y el servicio de reparaciones, también estaban integrados en la cadena.
Tras los primeros experimentos de externalización total del proceso de fabricación (fab-less), en 1994, se constituyó la asociación "Fabless Semiconductor Association" (FSA), para "promover el modelo de negocio "fabless" a nivel mundial" y, en la práctica, organizar un marco de control operativo en base al poder oligopsónico de los asociados.
El poder de control de los monopolios
En la actualidad, muchas grandes corporaciones “industriales” no fabrican en absoluto, se han convertido en compañías fab-less, reteniendo, como mucho, los segmentos de diseño de marca, marketing, distribución o gestión financiera. Como buena parte de estos servicios también pueden externalizarse, hay muchas compañías que prácticamente no hacen nada: ni fabrican, ni reparan, ni diseñan, ni investigan nada (fab less/made less), firmas monopolistas absolutamente huecas, que desvían la mayor parte de sus enormes ganancias hacia la esfera del apalancamiento y la ingeniería financiera, la esfera de las fusiones y adquisiciones (absorbiendo cualquier sombra de competencia), alimentando las calderas de la financiarización.
Se ha producido una subyugación total de la economía real a la esfera financiera que controla y alimenta la monopolización de todos los sectores.
La asimetría de la “cadena de valor” global
Robert Feenstra y Gordon Hanson: “La asimetría de las estructuras de mercado en las redes globales de producción, con empresas oligopólicas en posiciones de liderazgo y competencia extrema entre los proveedores de segundo y tercer nivel, supone una fuerte presión sobre dichos proveedores que, al tratar de mantener ciertos márgenes de ganancia, deben mantener los salarios bajos y resistirse a cualesquiera mejoras laborales que podrían conducir a un cambio en el proceso de suministro hacia otra empresa o país".
Según los economistas neoliberales, la globalización significa la creciente subdivisión de los procesos productivos en una larga “cadena de valor” en la que los factores de producción participantes reciben su retribución de acuerdo con su productividad.
Estos economistas no se cortan un pelo asegurando, sin bochorno alguno, que la “productividad del trabajo” no depende de la empresa contratante sino de la ubicación geográfica de la fuerza de trabajo. Es decir, dos trabajadores gemelos, desempeñando idénticas tareas, empleados por dos empresas exactamente iguales, subsidiarias de una misma multinacional, situadas en países distintos, registrarían productividades distintas (cobrando sueldos distintos) según que el país esté situado en el Sur (sueldo bajo, productividad baja), o en el Norte (sueldo alto, productividad alta).
La realidad que se pretende ocultar es que las actuales estructuras de valor globales son cada vez más asimétricas: los cuarteles generales de las grandes corporaciones capturan la mayoría del “valor” (rentas de monopolio) mientras que el resto de la cadena de valor (externalizada), enfrentada al poder monopsonico comprador de la multinacional, se ve obligada a competir de forma suicida para acceder a las migajas que ha dejado la matriz.
Como en el caso del sector de las Tecnologías de la Información, el poder oligopsónico (único comprador) de un reducido y exclusivo grupo de multinacionales (Apple, Sony, H-P, Motorota, Dell, Cisco, …), somete a sus subcontratistas (Foxconn, Solectron, Jabil, Celestica, Sanmina, Flextronics), sin posibilidades de contratar con otros clientes alternativos, a condiciones draconianas que éstos repercuten en sus empleados y subcontratados.
La intensa competencia entre suministradores y proveedores en el extremo malo de la cadena de valor, y el fiero oligopsonio de los compradores globales, arrebatan a los productores el fruto de su trabajo, engrosando las cuentas y el valor de los activos financieros en manos de una pequeña casta bien posicionada en el extremo opuesto de la cadena de valor.
La conexión entre Externalización y Financiarización
Según la literatura económica habitual, estos dos procesos, curiosamente paralelos en el tiempo, se analizan como su fueran completamente ajenos y no tuvieran nada que ver el uno con el otro.
Sin embargo, se trata de dos fenómenos que, no sólo son coetáneos y se influencian mutuamente, sino que están estrechamente conectados internamente. La creciente "financiarización" es la otra cara de la externalización industrial y los flujos de capital relacionados.La una no podría existir sin la otra, y viceversa.
Es la asimetría de las cadenas globales de valor la que permite desviar los enormes flujos de capital capturados por los monopolios en la esfera de la producción hacia la esfera de la intermediación y la especulación financiera que, a su vez, retroalimenta la concentración monopolista (fusiones y adquisiciones) y por tanto el progreso de la externalización.
Fueron las grandes corporaciones transnacionales las que propiciaron el desarrollo de los centros financieros "offshore" y los mercados monetarios internacionales para facilitar sus operaciones globales. La globalización de la producción jugó un papel primordial en la integración internacional de las finanzas.
Una consecuencia de la externalización ha sido el desarrollo de un déficit estructural entre EEUU y China (y otros países low-cost industrializados). A las multinacionales les interesa mantener bajos los tipos de cambio de sus plataformas exportadoras y altos los de los países consumidores. China y otros países exportadores, controlados por los monopolios transnacionales, son "obligados" a colocar sus crecientes reservas de divisas en bonos del tesoro norteamericano, aunque no generen rendimiento alguno. Esto permite mantener los tipos de interés bajos a pesar del enorme endeudamiento.
Con tipos de interés tan bajos:
a) los consumidores europeos y norteamericanos, con salarios a la baja, optaron por financiar su consumo con préstamos.
b) la banca expandió su negocio en busca de mayor rentabilidad a cambio de asumir más y más riesgo.
c) aparecieron sofisticados productos y derivados financieros alternativos, al margen del circuito bancario, de forma que cualquiera con abundantes fondos puede actuar como un banco, apuntando en sus activos "hipotecas", participaciones en derivados de "tarjetas de crédito", cuentas de crédito para estudiantes, derivados sobre tipos de interés o tipos de cambio, etc.
Externalización y nivel de explotación
El avance imparable de la externalización monopolista es la demostración palpable del progresivo aumento del nivel de explotación laboral a medida que se consolida el capitalismo monopolista 2.0
Los monopolios 1.0 mantenían internalizadas la mayoría de sus operaciones. Internalizaban los "costes de transacción" (término acuñado por Coas, gran defensor de la bondad de los monopolios) porque reducían costes integrando tareas y trabajadores en su organización empresarial. Los monopolios 2.0, en cambio externalizan la mayoría de sus "costes de transacción" puesto que el liberalismo ha conseguido un entorno de condiciones de explotación laboral superior al de la fase anterior, con lo que reducen costes externalizando la mayoría de sus operaciones.
Más sobre el tema: John Smith: Imperialism and the globalisation of production
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