English translation
Grover Norquist (1992): “No quiero abolir el Gobierno, me conformo con reducirlo hasta un tamaño que nos permita ahogarlo en la bañera”
John Perkins (Confesiones de un Economista Sicario, 2004): "La Corporatocracia se fundamenta en tres pilares: grandes corporaciones, bancos internacionales y gobiernos confabulados."
Robert Cooper (The New Liberal Imperialism): El mundo pre-moderno es un mundo de estados fallidos .... Es precisamente a causa de la muerte del imperialismo que estamos viendo el surgimiento del mundo premoderno. Imperio e imperialismo son palabras que se han convertido en una forma de abuso en el mundo posmoderno. Hoy en día, no hay potencias coloniales dispuestas a asumir el trabajo, a pesar de las oportunidades, tal vez incluso la necesidad de la colonización, es tan grande como lo había sido en el siglo XIX. Todas las condiciones para el imperialismo están ahí, pero tanto la oferta como la demanda de imperialismo se han desvanecido. Y sin embargo, los débiles siguen necesitando el fuerte y el fuerte todavía necesitan un mundo ordenado. Y sin embargo es deseable un mundo en el que los eficientes y bien gobernados exporten estabilidad y libertad para que el mundo permanezca abierto a la inversión y el crecimiento. Lo que se necesita entonces es un nuevo tipo de imperialismo."
Imperialismo (definición): Sometimiento del estado al poder y los intereses de los monopolios.
Imperialismo 1.0.
Eric Hobsawm: "La existencia de una "aristocracia obrera" se explica por los super-beneficios monopolistas, que permiten a los capitalistas dedicar una parte a sobornar a sus propios obreros, creándose una especie de alianza entre trabajadores de una determinada nación y sus capitalistas contra otros países".
En la fase monopolista 1.0 los monopolios utilizaban la fuerza de sus estados matrices para expandir y controlar sus mercados y asegurarse suministros de materias primas. El capital operaba internacionalmente pero concentraba sus beneficios nacionalmente. Era una época en que el mundo se iba dividiendo entre naciones capitalistas más o menos afortunadas y el capital concentrándose en un número cada vez menor de naciones. Este fenómeno, conocido como imperialismo, fue a menudo considerado como la última fase del capitalismo (Lenin).
El nacionalismo y el reforzamiento del Estado incluían que parte de los beneficios de las grandes corporaciones monopolistas repercutieran en los contribuyentes. Sindicatos y partidos de izquierdas (aristocracia obrera) apoyaron repetidamente las aventuras coloniales de sus respectivos imperialismos. Cecil Rhodes reconocía que para frenar la conflictividad social en su territorio los británicos tenían que ser imperialistas.
Muchos de los conflictos armados, incluidas las dos últimas guerras mundiales, obedecían a este patrón. A los monopolios les interesaba reforzar el nacionalismo y las estructuras públicas y militares de sus estados base para utilizarlas contra otros estados imperialistas.
La ideología preponderante no tenía nada que ver con el neoliberalismo actual. Nacionalismo económico, industrialización, proteccionismo, planificación económica, zonas de influencia, colonias, mercados cautivos, etc.
Aunque la 2ª Internacional Socialista reconocía que en la edad del imperialismo buena parte de las guerras eran guerras imperialistas de conquista, la mayoría de los partidos socialistas acabaron colaborando con las excusas más diversas. Para los monopolistas nacionalistas, la victoria significaba la expropiación y la anexión. De la mismo manera que los negocios, la guerra debía reportar beneficios y facilitar la concentración del capital.
El desastre y la destrucción de la 2GM hicieron patente la peligrosidad e inviabilidad de las rivalidades inter-imperialistas. Las revoluciones soviética y las del centro y Este de Europa, así como la Comuna de París, no surgieron a causa de la simple crisis económica sino de la miseria y desconcierto de la guerra y la derrota.
Los monopolios, incluidos los de origen norteamericano, cambiaron de estrategia. El neoliberalismo, aunque peligroso para los monopolios menos dinámicos, ofrecía oportunidades inauditas para las firmas más agresivas que una tras otra empezaron a convertirse en multinacionales. El poderoso imperialismo norteamericano, aunque tendía a favorecer a los monopolios USA, se convirtió de facto en el gendarme global de los monopolios.
El imperialismo 1.0. no resultó ser pues la "ultima fase del capitalismo".
Imperialismo 2.0.
William I. Robinson: "Una vez que han sido capturados por grupos transnacionales, los estados nacionales internalizan las estructuras del capitalismo global. La globalización se encarna en las estructuras y procesos locales. El poder disciplinario del capitalismo global desplaza el poder político de los estados nacionales al bloque capitalista global, representado por grupos locales ligados a la globalización."
G.M. Tamás: "El antiguo nacionalismo estaba basado en la fuerza, la asimilación y el crecimiento, en cambio, el signo de los nuevos nacionalismos (etnicidad, tribalismo, ...) es el de la extrema debilidad"..."Con el nuevo nacionalismo, los países se reinterpretan como tribus con banderas, y los estados como mafias con estatutos".
Pero una nueva forma de imperialismo se estaba rediseñando según las coordenadas anticipadas, en cierta forma, por Karl Kautsky cuando predijo la llegada del "imperialismo colectivo" - imperialismos actuando en bloque en relación a las colonias-. En el "imperialismo colectivo" de Kautsky, el "colectivo" se refería al colectivo de estados nacionales con respecto a sus colonias, y tenía razón Lenin planteando que tal cooperación no resistiría la competencia inter-imperialista (1ªGM). En el imperialismo 2.0 actual, el "colectivo" ya no son los estados "imperialistas" sino los grandes grupos monopolistas internacionales.
Con la reintegración de la URSS y China, lo que quedaba de imperialismo a la vieja usanza dejó de ser funcional. A medida que se iban internacionalizando, los “eficientes” monopolios estaban cada vez menos interesados en sostener unas bases estatales social y ecológicamente demasiado exigentes y demasiado caras, a cambio de unos servicios que podían obtener directamente o en otros lugares, en mejores condiciones y casi sin contrapartidas (sobornos directos, mercenarios y sicarios internacionales, finanzas internacionales, paraísos fiscales, competencia "localizadora" entre estados, …).
Es cierto que las instituciones internacionales (ONU, BM, FMI, OMC, UE, OCDE, G7, … ) fueron en su día controladas y manipuladas a favor de los intereses particulares de las potencias dominantes (Consenso de Washington), pero en la actualidad, todas estas instituciones trabajan para el conjunto del gremio multinacional, y se han convertido en organismos al servicio de "los mercados" que no dudan en desestabilizar y arruinar a las mismas potencias nacionales que en su día "dirigieran" tales organismos.
Las grandes corporaciones monopolistas, no solamente han tomado el control de las instituciones internacionales, suplantando a los estados, sino que las reorganizan y manipulan para que operen mejor en favor de sus intereses y en perjuicio de sus teóricos estados miembros. Las últimas reformas, tratados y "constituciones" de la Unión Europea la han convertido en una agencia corporativa al servicio de los monopolios privados que está actuando abierta e impunemente contra sus mismos socios, imponiendo drásticas medidas de austeridad para debilitarlos, obligarlos a privatizar sus servicios y bienes públicos y reducir a sus ciudadanos a las condiciones de flexi-explotación óptimas para engrosar sus beneficios.
El Imperialismo 1.0. construía infraestructuras en la metrópoli, pero también en las colonias (White Man's Burden), puesto que las colonias eran, en cierto modo, una extensión de la metrópoli. El Imperialismo 1.0., por racista y explotador que fuera, era el proyecto de un Estado y de un gobierno. El Imperialismo 2.0. no necesita construir carreteras ni ferrocarriles. Simplemente, arrambla con ellas.
La explotación de los monopolios multinacionales se ha liberado de las arcaicas estructuras "imperialistas" de dominación. Las "modernas" estructuras de dominación son más sutiles pero no por ello menos brutales. Se ejercen a través de la misma "globalización", a través de las regulaciones y organizaciones internacionales (FMI, BM, OMC, OCDE, OIT, OMS, OTAN, G8, G20, ...), tratados de "libre comercio", u organizaciones supranacionales (Davos, Trilateral, Bloomberg, ...) cada vez más al margen de los débiles canales de representación democrática.
Los dos Tratados secretos de "libre comercio" globales (TPP y TTIP), un golpe de estado corporativo
Lori Wallach:"El sucio pequeño secreto es que no se trata en su mayor parte de "comercio""
Esta forma de operar al margen de los ciudadanos y sus instituciones pseudo-democráticas queda de manifiesto en la negociación secreta del Tratado de Libre Comercio Trans-pacífico (TPP: Trans-Pacific Partnership) y del Tratado de Libre Comercio Transatlántico (TTIP: Transatlantic Trade and Investement Partnership).
Ya hubo intentonas anteriores (Acuerdo Multilateral de Inversiones -AMI -, negociado secretamente entre 1995-97 tuvo que ser retirado por las enormes protestas desencadenadas tras su publicación en la revista Monde Diplomatic; o las mas recientes ACTA-Anti-Counterfeiting Trade Agreement- y SOPA-Stop Online Piracy Act- que fracasaron también al hacerse público su contenido abusivo y antidemocrático.
Durante la fase imperialista 1.0., en épocas de crisis económica, los campeones monopolistas exigían a sus estados medidas proteccionistas para proteger sus mercados cautivos. Por el contrario, en la actualidad, los grandes conglomerados multinacionales, operando todos a escala planetaria, actúan al unísono y de común acuerdo para reducir cualquier tipo de restricción o control por parte de los estados y sus instituciones.
En medio de la depresión y con políticas de austeridad en ambas partes del Atlántico para preparar el terreno, una coalición de monopolios multinacionales, Cargill, Dupont, Dow, FedEx, Amwey, Chrisler, Citi, Ford, GE, IBM, Intel, Johnson&Johnson, Lilly, MetLife, UPS, JP Morgan, ..., planean, con la colaboración entusiasta de Obama, Merkel, Barroso y Cia, crear una nueva estructura para el sistema global.
Se trata de un verdadero golpe de estado corporativo transatlántico y trans-pacífico. El TTIP y el TPP, son, tanto de forma individual como combinada, los mayores tratados de comercio de toda la historia. Son las grandes corporaciones (una 600), no los estados en crisis, las que demandan este "acuerdo", presionan y promueven la agenda de las élites políticas, y dirigen todo el proceso, asegurándose de que se cumplan sus intereses.
Estos austeros "tratados", que se plantean en todos los medios de comunicación como "la panacea frente a la crisis", otorgan a los monopolistas privados acceso ilimitado a los mercados, les protegen de cualquier competencia, les aseguran subsidios de todo tipo, les facilitan privatizar todo y de todo, "desregular" a placer, destruir el medio ambiente, facilitar el saqueo corporativo de los recursos, y asegurar el máximo nivel de explotación social. Tras los acuerdos, los ya destartalados mecanismos democráticos estatales van a quedar absolutamente inoperativos frente a la embestida imperialista 2.0
El TPPva mucho más allá del ámbito de la reducción de aranceles y la promoción del comercio (objetivos conseguidos en tratados anteriores), otorgando un poder sin precedentes a los grandes monopolios. De los 26 capítulos de negociación (según documentación filtrada), sólo unos pocos tienen que ver directamente con el comercio. Los otros capítulos consagran nuevos derechos y privilegios para las grandes empresas, en detrimento del poder de los estados nacionales para oponerse a ello. Se trata de que las grandes corporaciones dicten y dirijan las políticas de los estados, a partir de estructuras organizativas ad hoc que faciliten la consolidación, regional y global, de su poder financiero, económico y político. Un mecanismo de resolución de conflictos entre inversores y estados" que permita a las corporaciones llevar a juicio a los gobiernos respecto a "barreras a los derechos de inversión", a través de un tribunal internacional (el Banco Mundial, por ejemplo), con la potestad de imponer sanciones a los estados que violaran sus veredictos. Pretenden crear un sistema legal paralelo de tribunales internacionales para socavar la soberanía nacional, permitiendo a los grandes conglomerados demandar a los países que atenten contra sus beneficios monopolistas (pueden llevar a juicio a un estado por "pérdida anticipada de futuros beneficios").
Son tratados que poco tienen que ver con el comercio sino con la expansión de los derechos y el poder de las grandes corporaciones multinacionales que están tomando una nueva naturaleza cosmopolítica. Actuando a través de asociaciones industriales, grupos de lobbying, think tanks y fundaciones (Atlantic Council, Brookings Institution, German Marshall Fund, BusinessEurope, la Business Roundtable, la European Round Table of Industrialist, ... ), están pergeñando secretivos contubernios enfocados a la consolidación de su poder económico y político transnacional.
Se trata de llevar a los tribunales a estados que legislan contra el consumo de tabaco, contra la polución, que establezcan un salario mínimo, que faciliten el acceso a medicación, ..., privando a Phiplip Morris, Shell, Eli Lilly (farmaceutica), de "beneficios esperados" gracias a polucionar, envenenar, negar medicación esencial, impedir las mejoras sociales, ...
Más que fomentar el "libre comercio", los tratados están enfocados a asegurar una regulación internacional a medida de las grandes corporaciones multinacionales, por encima de las leyes nacionales. Las Tarifas contingentes pueden elevar el precio de determinadas mercancías en un 20 o 30% como mucho. Por el contrario, las patentes y el copyright pueden elevar el precio de los productos "protegidos" por la legislación, en un 2000 o un 20.000% por encima del precio "libre" del mercado (patentes de monopolio concedidas a las farmacéuticas).
En el caso del TPP, En teoría los participantes en la negociación secreta son los representantes no elegidos de los siguientes países: Brunei, Chile Nueva Zelanda, Singapur, EEUU, Australia, Perú, Vietnam, Malaysia, México y Canadá. En la práctica se trata de negociaciones dirigidas por los representantes de los grandes grupos multinacionales (participan 600 lobbystas). No participan los representantes de los afectados (consumidores, usuarios de bibliotecas, estudiantes, grupos de pacientes, internautas,... u otros "usuarios" de propiedad intelectual).
Básicamente pretenden un sistema compulsivo de protección de "su" propiedad intelectual (copy right, patentes, ...) en todos los ámbitos y niveles. La "propiedad industrial" (patentes, ...), constituye una de las principales barreras de entrada para fortalecer y ampliar las posiciones de monopolio de una firma y asegurar las subsiguientes rentas de monopolio, dificultando o prohibiendo, por ejemplo, la fabricación/uso de medicamentos genéricos.
En lugar de vigilar por la competencia, evitando la formación de monopolios en la red, pretenden, por el contrario, controlar internet, obligando a los proveedores de servicios a facilitar a agencias bajo su control, los datos de los navegantes, criminalizando a los internautas que no se dobleguen a sus intereses. Se trata de reintroducir por otro canal las fallidas ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement) y SOPA (Stop Online Piracy Act) que fueron derrotadas por una descomunal campaña de protesta de los usuarios de Internet. El objetivo es convertir toda la Internet en una plataforma acotada de pago.
En el caso del TTIP se pretende, además de desmantelar regulaciones medioambientales ( restricción del fracking, ... ), sanitarias (transgénicos, pesticidas, ...) y sociales, y, sobre todo, asegurar "legalmente" (seguridad jurídica) las privatizaciones masivas en que se van ha traducir las políticas de empobrecimiento sistemático (austeridad) en marcha en toda la zona que irán obligando a los estados a ir soltando sus más preciadas prendas a precios de saldo.
Así pues el objetivo principal del imperialismo 2.0 es la presión o incluso la desestabilización de los estados nacionales que intenten resistirse a los intereses de los grandes grupos monopolistas multinacionales.
Ya no se trata sólo de ex-colonias, sino que cualquier estado democrático está expuesto a la furia incontrolada de este nuevo imperialismo. Bolivia, Venezuela, Ecuador, Cuba, ..., son objetivos prioritarios, pero cualquier país, sea cual sea la zona geográfica donde se encuentre, que pretenda poner trabas, incluso puntuales, a estos intereses, es y será objeto de ataques sistemáticos en diversos frentes (diplomático, financiero, mediático, ..., y no hay que excluir la proliferación de operaciones "humanitarias" de coaliciones militares), para hacerlo volver al redil de la sumisión al capital.
Guerras cada vez más “privadas”
Doug Brooks: "La realidad es que toda operación de paz de las Naciones Unidas o de otra agencia regional existente en la actualidad requiere y utiliza los servicios del sector privado (Corporaciones militares privadas)"Las "corporaciones militares privadas" (PMC), son empresas privadas que ofrecen servicios “militares” a quien quiera contratarlos, mantienen en secreto sus actividades y carteras de clientes al no estar reguladas por ninguna normativa internacional (violan la Convención Internacional contra el reclutamiento, financiación y entrenamiento de mercenarios aprobada por la ONU en 1989)
Estos servicios incluyen: protección de proyectos y negocios empresariales en regiones inestables, asesoramiento de riesgos, entrenamiento de fuerzas locales, seguridad armada en áreas de explotación, transporte de fondos, servicios de inteligencia, seguridad de los locales empresariales o instalaciones industriales, seguridad en zonas de guerra, adquisición de armas, control y reconocimiento de antecedentes del personal, apoyo armado, apoyo aéreo, apoyo logístico, seguridad marítima, ciberseguridad, prisiones, vigilancia, guerra psicológica, tácticas de propaganda, operaciones encubiertas, protección personal, investigació, misiones de paz y entrenamiento de las fuerzas militares y de policía en la pos-guerra, ...
Sus servicios los solicitan gobiernos, empresas, ONGs, medios de comunicación, e incluso la ONU.
Entre las PMC que hicieron negocios en Irak están: MPRI, SAIC, Armor Group, Blackwater, Erinys, Vinnell, Global Risk Strategies, TASK, Ariscan y DynCorp, Kroll Security, ....
Los "clientes" de las PMC, son las grandes corporaciones (o el Estado títere que las ampara) que buscan apoderarse de los recursos naturales, conseguir mercados cautivos (alimentación, infraestructuras, tecnología, servicios, ...) acaparar los contratos de "reconstrucción" tras la destrucción "antiterrorista", y, en general, crear un marco de dependencia colonial total respecto al capital monopolista transnacional.
Las cada vez más prepotentes multinacionales monopolistas, exigen a los estados que controlan, intervenciones militares difícilmente justificables ante los ciudadanos. Una forma de eludir responsabilidades es la de contratar los servicios de mercenarios.
La privatización de los servicios militares significa mucho más que una variable añadida al juego de la diplomacia internacional y regional, significa una radical redefinición de la soberanía en el siglo XXI.
Parásitos del Estado
No solamente sustituyen al Estado sino que lo parasitan y lo debilitan de forma que aumente su dependencia respecto a ellas.
Inicialmente la rivalidad entre las PMC implicaba bajos precios para los estados contratantes que podían así disminuir sus presupuestos militares. Sin embargo, y de acuerdo con la dinámica globalizadora, la concentración a avanzado rápidamente en el sector: MPRI y Titan fueron adquiridas por L-3 Comunications; Defence Systems Limited fue comprada por Armor Holdings Inc (actualmente Armor Group); Securicor es el resultado de la fusión entre Group 4 Falk y Wackenhut Corporation; Computer Sciences Corporation compró recientemente DynCorp; …
La industria está en crecimiento exponencial, con algunos contratos anuales excediendo los $ 100 mil millones. Las empresas del sector, con sede en Estados Unidos y Gran Bretaña, copan más del 70% del mercado mundial de este tipo de servicios.
La mayoría de estas compañías operan como “compañías virtuales” o “huecas” al estilo de Nike, Westinghouse, Ikea, Dell.Inc, …, en las que todos los bienes y servicios se subcontratan a proveedores, y sólo se quedan con las mínimas funciones corporativas (planificación, coordinación y administración). Las subcontratas se nutren de otras subcontratas de forma que los reclutados acaban siendo excombatienes low-cost africanos, latinoamericanos, provenientes de ejércitos malpagados o bandas paramilitares (El Salvador, Colombia, Chile, …).
Una vez conseguidas exorbitantes posiciones de monopolio u oligopolio, los estados han quedado atrapados por unas licitaciones contractuales en las que ya no pueden presentarse como exigentes monopsonistas públicos, sino pagar como un cliente más frente a monopolios u oligopolios globales.
Por añadidura, se ha producido una alocada fuga de “cerebros”, onerosamente adiestrados y entrenados en academias y centros oficiales, pagados con fondos públicos, hacia este pujante sector privado.
Los ejecutivos de las firmas mercenarias Global Option y Diligence, especializadas en allanar el terreno y proteger los negocios de las multinacionales, son, en su mayoría, exmiembros de la CIA, DIA, FBI, FEMA, M16, … Los mandos intermedios provienen de las filas de unidades de las fuerzas especiales de los EEUU, el RU. , Israel o Sudáfrica.
Por otra parte, la gran mayoría de estas transnacionales ubican sus cuarteles generales en paraísos fiscales con lo que ni un dólar o euro de sus beneficios revierte a los estados parasitados.
Imperialismo 2.0 a debate
Muchos pensadores de izquierdas no han sabido comprender este fenómeno. Les cuesta de concebir que el capital pueda organizarse al margen de los principios nacionales y que se esté produciendo una transferencia de soberanía de facto desde los estados nacionales a organismos apátridas (incluidos, cada vez más a menudo, organismos o instancias "nacionales" como los mismos bancos centrales, gobiernos "tecnocráticos", ...) que operan al servicio de las multinacionales "en conjunto". Reconocen la universalidad del capital, su transnacionalización, pero se niegan sistemáticamente a reconocer que el capital se ha escapado de los confines del estado nación, que los monopolios multinacionales han dejado rápidamente de lado su base nacional inicial, y que las múltiples relaciones y sinergias existentes entre ellos, los ligan con más fuerza que las relaciones cada vez más laxas, residuales y distendidas que guardan con sus antiguos estados base.
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